En el período 2005-2010 en Jalisco se redujo en promedio en forma relativa un 23.6 por ciento el valor de los nueve indicadores de marginación; un logro similar se dio en el Estado de Querétaro; y a ambas entidades sólo las superó Sinaloa donde la reducción relativa de la marginación fue de 24.7 por ciento. En el conjunto del País la reducción fue de 19.7 por ciento. En contraste las cinco entidades que menores logros en la reducción relativa de su marginación fueron el Estado de México con 15.9; Chihuahua 12.7; Distrito Federal 11.9; Morelos 10.8 y Baja California con una disminución del 8.5.
Esto lo reportan la Secretaría de Planeación y el Consejo Estatal de Población (COEPO) de Jalisco a partir de un análisis comparativo de la marginación por entidad federativa en 2005 y de los resultados definitivos del Censo de Población y Vivienda 2010 del INEGI. Ambas dependencias precisan que el índice de marginación desarrollado por el Consejo Nacional de Población se calcula mediante la suma ponderada de nueve indicadores de carencias y/o rezagos que afectan a la población en los rubros de educación, servicios y condiciones en las viviendas y percepción de ingresos monetarios insuficientes, principalmente. Por lo que estos indicadores reflejan el porcentaje de la población que no participa del disfrute de bienes y servicios esenciales para el desarrollo de sus capacidades básicas.
Se destaca que las reducciones específicas en algunos de los nueve indicadores de marginación en Jalisco son las siguientes. En el porcentaje de población analfabeta de 15 años o más hubo una reducción de 21 por ciento; al pasar de una tasa de 5.6 en 2005 a una de 4.4 en 2010. En la proporción de población sin primaria completa de 15 años o más la disminución fue del 17 por ciento. En la proporción de la población que vive en viviendas que no disponen de agua entubada, la reducción fue de 35 por ciento; en el porcentaje de personas que habitan en viviendas con piso de tierra la disminución relativa fue del 40 por ciento. En cuanto a la percepción de ingresos monetarios insuficientes por parte de la población ocupada, la baja en la tasa fue del 22 por ciento, ya que en 2005 el 35 por ciento de la población ocupada tenía ingresos máximos de hasta dos salarios mínimos, mientras que para 2010 este porcentaje se redujo a 27 por ciento. Valor que aún sigue siendo muy alto, por lo que sigue representando uno de los mayores retos de desarrollo en la Entidad.
Estos logros son resultado tanto de la aplicación de programas públicos específicos para atender esas carencias como del esfuerzo de las personas para mejorar su condición. Y la importancia de las reducciones anteriores es que un porcentaje menor de población de Jalisco es afectado por esas carencias; por lo que están en posibilidades de tener una vida mejor.
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